HUARPES
âCon cada radio nueva que se forme a partir de la ... - Ni a Palos
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4 NI A PALOS / Domingo 11 de octubre de 2009<br />
opinión<br />
INDIGENISMO<br />
CHIC<br />
POR Manuel Carboni<br />
________________________________<br />
mcarboni@niapalos.com<br />
El siglo XXI nos enfrenta<br />
a un grave problema<br />
de definiciones. La rectitud<br />
política que hegemoniza<br />
el discurso dominante<br />
nos impone la observancia de<br />
formas estéticas que rozan peligrosamente<br />
con lo cholulo.<br />
Esta peligrosa tendencia se<br />
hace manifiesta cuando agarramos<br />
la carta de cualquier<br />
restaurant de Palermo y observamos<br />
con incertidumbre<br />
que nos ofrecen algo llamado<br />
“Papa Rústica” como si se<br />
tratase de un manjar exótico<br />
cuando sólo se trata de una<br />
papa hervida que nadie se gastó<br />
ni siquiera en pelar.<br />
La cruzada de bautismos “bian”<br />
no se limitó a la papa y viene<br />
realizando grandes avances en<br />
materia culinaria, logrando<br />
poco a poco que el Queso Roquefort<br />
pase a llamarse “Queso<br />
Azul” o –lo que es más grave- el<br />
Vino Tinto sea reconocido en<br />
no pocos lugares con el nombre<br />
de “Vino Rojo” (nombre que se<br />
convierte en la negación total<br />
de su misma esencia).<br />
Como correlato ideológico,<br />
la canallez nomencladora ha<br />
alcanzado una gran victoria<br />
convenciendo a más de un incauto<br />
de que el Imperialismo<br />
ya no existe, y que éste ha sido<br />
reemplazado por un abstracto<br />
“Imperio” lavadito de formas<br />
y contenidos, consagrando un<br />
concepto que no sólo ofende<br />
la inteligencia sino que además<br />
exime de responsabilidad<br />
individual a toda potencia colonialista<br />
que, por caso, le dé<br />
por bombardear Irak.<br />
En este triunfo de las formas<br />
por sobre el contenido es la<br />
realidad la que sufre, y entonces<br />
observamos cómo algunas<br />
conciencias se toman un<br />
analgésico al decir “pueblos<br />
originarios”, mientras los aborígenes<br />
siguen sufriendo las<br />
mismas calamidades sociales<br />
que cuando eran tan sólo “indios”<br />
o “indígenas”.<br />
¿Por qué? Porque el problema<br />
no reside en el nombre, el problema<br />
es económico, y “Pueblos<br />
Originarios” es sólo una denominación<br />
más para un grupo<br />
de la población nacional que<br />
durante ya casi dos siglos viene<br />
siendo excluído de toda planificación<br />
económica estatal..<br />
nota de tapa<br />
PUEBLOS ORIGINARIOS/<br />
YA NO EXISTE EL DÍA DE LA RAZA:<br />
MAÑANA SE CELEBRA EL DÍA DEL<br />
ENCUENTRO DE CULTURAS. PARA<br />
QUE LA HISTORIA NO LA ESCRIBAN<br />
SIEMPRE LOS QUE GANAN,<br />
LES PREGUNTAMOS A LOS<br />
INTEGRANTES DE LA COMUNIDAD<br />
HUARPE DE SAN JUAN CÓMO<br />
ARTICULAN SU PRESENTE CON UN<br />
PASADO QUE DURANTE SIGLOS<br />
LES HA SIDO NEGADO.<br />
por Martín Rodríguez<br />
y Federico Scigliano<br />
____________________________________________<br />
investigaciones@niapalos.com<br />
Había una vez una abuela judía.<br />
Había nacido en la ciudad de<br />
Córdoba y fue criada allí, junto<br />
a su familia. Luego migró con los<br />
suyos en la década del 30, huyendo de esa<br />
ciudad católica en la que ser judío era cada<br />
vez más difícil. Esa abuela se casó con un<br />
hombre ateo en Buenos Aires, un simpático<br />
lector de La Vanguardia, empleado bancario,<br />
y tuvieron un hijo brillante y masón. Pero esa<br />
es otra historia. Lo cierto, lo notable y lo que<br />
viene al caso es el modo en que esa historia<br />
judía permaneció en silencio, al límite, en ese<br />
lugar en el que la historia familiar se perdió…<br />
La palabra identidad se clava con una chinche<br />
que hace doler sobre la lengua, no se trata de<br />
una palabra participativa, que hace hablar.<br />
¿Cuántas generaciones han ocultado una<br />
pertenencia cultural, religiosa, bajo el manto de<br />
su propio miedo? De esto se trata lo que sigue.<br />
¿Indios o Pueblos<br />
Originarios?<br />
Como publicó en una de sus mejores tapas la<br />
revista Barcelona, llamar “Pueblos Originarios”<br />
a quienes antes se llamaba “Indios” no ha<br />
logrado alterar la realidad concreta de los<br />
miembros de estas comunidades a lo largo<br />
y ancho del país. Y sin embargo, en el actual<br />
debate de la nueva Ley de Medios, decir<br />
“pueblos originarios” resulta un modo efectista<br />
de inclinar la balanza de apoyos: ¿quién va a<br />
decir o hacer algo contra esas comunidades<br />
dispersas que nos aseguran el triunfo casi total<br />
de la modernidad: la convivencia multicultural?<br />
Los manuales más ordinarios de la escolaridad<br />
argentina dan cuenta de la existencia de un<br />
antiguo pueblo Huarpe, cuya remota extinción<br />
se debería a “causas naturales”, o a una conquista<br />
evangelizadora que habitó la región de Cuyo.<br />
Algo de eso hubo: efectivamente: la presencia<br />
del conquistador fue acompañada de la<br />
Cruz, y los jesuitas se<br />
encargaron de controlar a gran parte de este<br />
pueblo, pero la Espada de la conquista también<br />
sumó mano de obra esclava: y ese fue también<br />
el destino de miles.<br />
Lo cierto es que estos cronistas conocieron a<br />
una comunidad de sanjuaninos que habitan<br />
los alrededores habitables de las antiguas<br />
Lagunas de Guanacache, al sur de San Juan<br />
y norte de Mendoza, de donde proviene una<br />
de las pocas comunidades que aún se hace<br />
llamar Huarpe. De esas comunidades, una<br />
de ellas, la Comunidad Sawa, conformó hace<br />
unos años un Consejo de Jóvenes, cuyos<br />
miembros se reconocen descendientes de esa<br />
historia y que tienen la elemental, laboriosa<br />
y también tediosa, tarea de reconstruir sus<br />
historias familiares. Arqueología de un<br />
terreno arrasado (las antiguas lagunas se<br />
secaron debido al desvío del río San Juan<br />
tras la construcción del dique de Ullum),<br />
en donde la sequía se extendió a la lengua<br />
familiar: pequeñísimos rastros de lengua<br />
huarpe se entremezclan al uso campesino<br />
de la lengua, y un sistema de creencias de<br />
exquisita y salvaje densidad.<br />
Ojalá<br />
María Morales, Daniela Morales y Eliana<br />
Díaz son parte del Consejo de Jóvenes<br />
“Ellos le tienen respeto a la naturaleza,<br />
no van a ir a matar un quirquincho o una<br />
liebre porque se les dio la gana de ir y cazarlo<br />
y ya. Ellos van a cazar si tienen la necesidad,<br />
si están pasando hambre entonces van<br />
y cazan el animal.”<br />
María<br />
VERSIÓN 2009<br />
Huarpes de<br />
la Comunidad Sawa de San Juan. Ellas viven<br />
en el departamento de Gral. Sarmiento, a<br />
60 kilómetros de la Capital provincial, y<br />
pertenecen a una amplia familia que desde<br />
hace más de veinte años viene dedicándose a<br />
la reconstrucción de su comunidad perdida.<br />
Los jóvenes se organizan como consejo<br />
y tienen roles definidos. Según María<br />
Morales, quien lo preside, esos roles “salen<br />
automáticamente, uno se pone a trabajar en<br />
lo que quiere y puede.”<br />
¿Y cuáles son las tareas a las que se<br />
dedican? Daniela dice que “el problema más<br />
importante es el de la educación sexual a las<br />
niñas, a las jóvenes”. El diagnóstico de lo que<br />
ocurre es alarmante, “hay muchas niñas de<br />
doce años que han tenido relaciones sexuales<br />
y están embarazadas, o ya han tenido chicos<br />
y eso no debe ser así”. Eliana, otra de las<br />
integrantes, agrega: “Nosotras entendemos<br />
que para todas las cosas que uno en la vida<br />
quiere hacer hay etapas, y una chica de doce,<br />
trece años todavía es una niña, es como que<br />
tenemos que ir viviendo esas etapas y esto se<br />
ha ido desvirtuando. Por eso tenemos esos<br />
casos de madres niñas en la comunidad,<br />
que son más numerosos que en la ciudad.”<br />
¿Y porqué creen que se dan más casos de<br />
madres niñas en la comunidad? “Es por lo<br />
de la falta de comunicación en las familias,<br />
porque ese es un tema del que no se habla.<br />
Es un tabú dentro de la comunidad. Son<br />
muy pocos los padres que nos hablan y nos<br />
dicen ´Mirá, desde nuestro punto de vista<br />
las cosas son así, y nosotros queremos que<br />
las respetes´. No sé si está bien como lo voy<br />
a decir, pero no encuentro otras palabras, es<br />
como si fuera malo esto, como que no tenés<br />
que hablar con tus hijos de esto, por ahí por<br />
pudor o por no sé qué motivo.”<br />
Uno podría decir entonces: ¿y los pueblos<br />
originarios? Evidentemente, una primera<br />
hipótesis podría ser la de que este grupo de<br />
jóvenes utiliza el nombre de huarpes para