I,nº8Fechadepublicación:17deFebrero2012
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Violencia de género: prevención en la adolescencia – María Luisa Rivero Moreno –ISSN: 1989-9041, Autodidacta ©VIOLENCIA DE GÉNERO: PREVENCIÓN EN LAADOLESCENCIAMaría Luisa Rivero MorenoLicenciada en Psicopedagogía.e-mail: marialuisa_rivero@hotmail.comCon una frecuencia casi pasmosa los medios de comunicación ponen ante nuestrosojos la existencia de la violencia de género y del maltrato en nuestra sociedad. Se haconvertido en algo “visible” desde la calle y, poco a poco, en “problema social” grave,amplio (puesto que es frecuente en el trabajo, en el ámbito familiar, en el educativo, yen la sociedad en general) y de enorme complejidad. Nuestra sociedad comienza areaccionar de manera firme y efectiva, pero a la vista está que no es suficiente. Paraacabar con los brotes de violencia es necesario tratar de descubrir y eliminar lascausas de estas conductas, interviniendo de un modo global y desde distintos ámbitos,legislativo y judicial por supuesto, pero también desde el ámbito educativo.Es por esto que las últimas investigaciones realizadas se centran en conocer lascausas próximas y remotas, personales y culturales de los comportamientos violentospara, posteriormente, poder intervenir. Se hace preciso descubrir las características yexigencias de una educación que prevenga y elimine esta manera defectuosa detratarnos.1- VIOLENCIA DE GÉNEROActualmente se sabe que la violencia en la pareja es un proceso que puede darseantes, durante y después del establecimiento de una relación formal o matrimonioentre dos personas (de distinto o del mismo sexo) y puede asimismo acontecer dentroo fuera del espacio físico y social delimitado por los territorios “doméstico”, “familiar”,“conyugal” o del “género” (Cantera, 2004).De esta forma podemos afirmar que:“Toda forma de maltrato o violencia en el seno de la pareja conlleva unadeterminada forma de recurso a la fuerza (física o simbólica, económica, social, moralo sexual) en un contexto de relaciones de poder, en el seno de un determinado ordensocial y cultural, sustentado por una ideología (pseudolegitimadora de la acción), enun marco de desigualdad de recursos, de cara a obtener un efecto final de control dela persona maltratada por la maltratadora, (Blanch, 2005), atentando así contra sulibertad y su derecho a desarrollarse como tal persona” (Cantera, 2005).Como se deduce de esta definición, el maltrato en la pareja puede adoptar múltiplesformas (activas o pasivas) y desarrollarse a múltiples niveles. Entre las principalesmanifestaciones “activas” de esta violencia sobresalen la física, la emocional opsíquica, la sexual y la institucional. Sin embargo, desde el ámbito educativo118
Violencia de género: prevención en la adolescencia – María Luisa Rivero Moreno –ISSN: 1989-9041, Autodidacta ©habitualmente enfocamos la prevención de violencia de género restringiendo dichaactuación, tan solo, a la dimensión física del maltrato, manteniendo de esta forma, unesquema tradicional de hombre-mujer, que conviven bajo el vínculo del matrimonio, ydonde las conductas de abuso de poder que representan los malos tratos quedanatribuidas al hombre en concepto de su superioridad física (Blázquez, Moreno yGarcía-Baamonde, 2009).Pero los últimos estudios (Blázquez, 2010; Pozo, Martos y Alonso, 2010; Sáez,2011) nos muestran que ejercer control sobre la pareja es una cuestión que trasciendea la mera agresión física, que puede darse de forma recíproca y bidireccional, y que laexpresión de ésta en el seno del matrimonio es producto del incremento progresivo depatrones de interacción dominante-celosa, aparecidos en etapas precedentes a laconsolidación de la pareja, es decir, durante el noviazgo.En 2010, el Ministerio de Igualdad publicó un estudio sobre la situación de laviolencia de género en adolescentes. Una de sus conclusiones fue que uno de cadatres chicos corría el riesgo de convertirse en maltratador. De hecho, casi el 5% de lasadolescentes encuestadas afirmaba haber sido ya víctima de algún tipo de violenciafísica o psicológica por parte del sexo opuesto. El 18,90% de las chicas encuestadasjustifica la violencia como reacción a una agresión. El 7% de ellas declara haber sidocontrolada por su pareja. El 12,2% de los chicos cree que para que haya una buenarelación de pareja, ellas no deben llevar la contraria. Y el 10,9% de los chicos piensaque si una víctima no abandona a su maltratador es porque no le disgusta la situación.Pero, ¿por qué una generación educada en valores no sexistas (en teoría), siguen enla práctica apegados a las ideas sobre el amor romántico que subyacen al maltrato?En los últimos años muchos de los estudios sobre violencia de género se centranen jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 23 años, en alumnos tanto deEducación Secundaria Obligatoria (E.S.O) y Bachillerato, como de Universidad, paratratar de esclarecer cuándo comienza la espiral de maltrato, cuándo brotan lasprimeras ideas machistas.Las actitudes sexistas entre nuestros jóvenes han sufrido un largo proceso decambio, dando lugar a nuevas formas de sexismo mucho más complejas y menosevidentes, y por ello, son necesarias distintas herramientas que ayuden a comprenderesos mecanismos. Muchos de nuestros jóvenes son conscientes de que no está bienvisto por esta sociedad manifestar actitudes discriminatorias, pero sin embargo,mantienen unos roles estereotipados de género, mucho más sutiles que en épocaspasadas, referidos por ejemplo a pautas de seducción, asociando a los hombres laidea de que sólo les interesa ligar o enrollarse con muchas, sin importar nada más,ellos, rol de conquistadores y ellas las conquistadas. O asocian unos rasgosestereotipados de género a las mujeres, como por ejemplo la sensibilidad, ladelicadeza, la fragilidad, ser coquetas, la superficialidad, el ser sufridoras, la empatía,la capacidad de escucha... Y asociados a hombres, la insensibilidad, sin capacidad deescucha, despreocupado, vividor, o incluso protector. Según De La Peña, (2009), losadolescentes también mantienen unas expectativas estereotipadas en función delgénero: piensan en proyectos de futuro para las mujeres más centrados en lo familiar ydoméstico que en lo profesional, y al hombre lo asocian siempre con el rol deproveedor y vinculado a las funciones productivas.2- IDEAL DE “AMOR ROMÁNTICO”Diferentes estudios apuntan a que en los jóvenes de hoy en día se encuentra muyarraigado el ideal de “Amor Romántico” que nos ofrece la cultura occidental(Sampedro, 2004). Es un modelo de amor que describe la conducta amorosa que hande seguir hombres y mujeres a partir de una educación sentimental, de nuevo,diferencial. El proyecto de amor para el hombre se presenta como una faceta más en119
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Violencia de género: prevención en la adolescencia – María Luisa Rivero Moreno –ISSN: 1989-9041, Autodidacta ©habitualmente enfocamos la prevención de violencia de género restringiendo dichaactuación, tan solo, a la dimensión física del maltrato, manteniendo de esta forma, unesquema tradicional de hombre-mujer, que conviven bajo el vínculo del matrimonio, ydonde las conductas de abuso de poder que representan los malos tratos quedanatribuidas al hombre en concepto de su superioridad física (Blázquez, Moreno yGarcía-Baamonde, 2009).Pero los últimos estudios (Blázquez, 2010; Pozo, Martos y Alonso, 2010; Sáez,2011) nos muestran que ejercer control sobre la pareja es una cuestión que trasciendea la mera agresión física, que puede darse de forma recíproca y bidireccional, y que laexpresión de ésta en el seno del matrimonio es producto del incremento progresivo depatrones de interacción dominante-celosa, aparecidos en etapas precedentes a laconsolidación de la pareja, es decir, durante el noviazgo.En 2010, el Ministerio de Igualdad publicó un estudio sobre la situación de laviolencia de género en adolescentes. Una de sus conclusiones fue que uno de cadatres chicos corría el riesgo de convertirse en maltratador. De hecho, casi el 5% de lasadolescentes encuestadas afirmaba haber sido ya víctima de algún tipo de violenciafísica o psicológica por parte del sexo opuesto. El 18,90% de las chicas encuestadasjustifica la violencia como reacción a una agresión. El 7% de ellas declara haber sidocontrolada por su pareja. El 12,2% de los chicos cree que para que haya una buenarelación de pareja, ellas no deben llevar la contraria. Y el 10,9% de los chicos piensaque si una víctima no abandona a su maltratador es porque no le disgusta la situación.Pero, ¿por qué una generación educada en valores no sexistas (en teoría), siguen enla práctica apegados a las ideas sobre el amor romántico que subyacen al maltrato?En los últimos años muchos de los estudios sobre violencia de género se centranen jóvenes con edades comprendidas entre los 12 y los 23 años, en alumnos tanto deEducación Secundaria Obligatoria (E.S.O) y Bachillerato, como de Universidad, paratratar de esclarecer cuándo comienza la espiral de maltrato, cuándo brotan lasprimeras ideas machistas.Las actitudes sexistas entre nuestros jóvenes han sufrido un largo proceso decambio, dando lugar a nuevas formas de sexismo mucho más complejas y menosevidentes, y por ello, son necesarias distintas herramientas que ayuden a comprenderesos mecanismos. Muchos de nuestros jóvenes son conscientes de que no está bienvisto por esta sociedad manifestar actitudes discriminatorias, pero sin embargo,mantienen unos roles estereotipados de género, mucho más sutiles que en épocaspasadas, referidos por ejemplo a pautas de seducción, asociando a los hombres laidea de que sólo les interesa ligar o enrollarse con muchas, sin importar nada más,ellos, rol de conquistadores y ellas las conquistadas. O asocian unos rasgosestereotipados de género a las mujeres, como por ejemplo la sensibilidad, ladelicadeza, la fragilidad, ser coquetas, la superficialidad, el ser sufridoras, la empatía,la capacidad de escucha... Y asociados a hombres, la insensibilidad, sin capacidad deescucha, despreocupado, vividor, o incluso protector. Según De La Peña, (2009), losadolescentes también mantienen unas expectativas estereotipadas en función delgénero: piensan en proyectos de futuro para las mujeres más centrados en lo familiar ydoméstico que en lo profesional, y al hombre lo asocian siempre con el rol deproveedor y vinculado a las funciones productivas.2- IDEAL DE “AMOR ROMÁNTICO”Diferentes estudios apuntan a que en los jóvenes de hoy en día se encuentra muyarraigado el ideal de “Amor Romántico” que nos ofrece la cultura occidental(Sampedro, 2004). Es un modelo de amor que describe la conducta amorosa que hande seguir hombres y mujeres a partir de una educación sentimental, de nuevo,diferencial. El proyecto de amor para el hombre se presenta como una faceta más en119