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38y producir sus efectos procesales; o bien atacarobjetar o impugnar el resultados de las pruebasque se hayan materializado en el proceso, conmotivo de la actividad probatoria de las partes”.Por su parte Devis Echandía (1981), al referirse al principio enestudio señala que el mismo“consiste en el derecho que tiene una parte aquien se le opone una prueba, de conocerla ydiscutirla, lo cual incluye el derecho acontradecirla, por lo que se rechaza el principiode la prueba secreta, es decir, de aquellapracticada a espalda de las partes o de una deellas”.Para contradecir una prueba la doctrina alude en primer lugarla oposición, la cual es de carácter preventivo, que tiene como objetoque el medio de prueba promovido no ingrese al proceso y seainadmitido por el operador de justicia; y la impugnación que es laforma genérica de atacar, enervar o contradecir los mediosprobatorios que han sido previamente admitidos, haya habidooposición o no , para que estos no surtan sus efectos procesales, esdecir, para que no influyan en el animo del decidor. En este sentido,las partes pueden impugnar o embestir las resultas de los mediosprobatorios que hayan sido admitidos y evacuados en el juicio, con elobjeto de despojarlo de la apariencia de prueba, o como señalaCabrera Romero (1997), una vez que la prueba haya ingresado alproceso como consecuencia de haber sido admitida, al no sermanifiestamente ilegal o impertinente, a través de la impugnaciónpueden las partes desvirtuar esa apariencia de legalidadpertinencia, circunstancia esta que materializa el derechoconstitucional de la defensa.yPero como ya señaláramos, este derecho a la defensa, tambiénse manifiesta y se complementa por medio del principio del control