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EL ESTADO SEGURIDAD SEGURIDAD ESTADO AMÉRICA LATINA

el estado de la seguridad y la seguridad del estado en américa latina

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Me permito insistir en que cuanto más coordinadas sean las políticas de respuesta en elámbito regional a este flagelo, mayores serán las posibilidades de éxito que tendremos en elcombate.Con respecto a las catástrofes ecológicas, vale la pena señalar que tomando comoreferencia las indemnizaciones pagadas por las compañías de seguros por el acaecimiento defenómenos de la naturaleza tales como inundaciones, vendavales, terremotos, sequías etc. ycomparando las dos últimas décadas, las mismas casi se han duplicado. Quiero decir con ello quealgo le estamos haciendo a la tierra como para que ella se esté comportando cada vez peor connosotros y si ello es así, el cuidado del medio ambiente deberá ser introducido cada vez conmayor énfasis en la agenda de prevención de las amenazas, ello sin dejar de considerar tambiénque muchas veces verdaderas depredaciones se producen por el estado de desesperación a que sellega por la situación de pobreza extrema en que se vive en muchas partes del mundo.En este aspecto deberemos incorporar en nuestras reflexiones la cada vez más agudaescasez de agua potable en el mundo y las enormes reservas que nuestro país posee de ella ennuestro despoblado sur.Con respecto al tráfico de armas y a la difusión de armas químicas y biológicas en poderde actores no estatales, la lucha debe ser enérgica en nuestro caso contra los bolsones decorrupción que estos tráficos generan, y la rigidez de los controles que puedan implementarse yasea en el ámbito del cuidado de nuestras fronteras como hacia el interior de nuestro país. Estambién importante la penalización clara y enérgica de quienes delincan y se enriquezcan a costade este flagelo.Finalmente, quiero llamar a la reflexión acerca de un tema fundamental y que se vinculacon todo lo que venimos desarrollando: nuestro país ha gastado en el último quinquenio unasuma aproximada a los ocho mil quinientos millones de dólares en sus fuerzas de seguridadfederales y provinciales.El presupuesto de las Fuerzas Armadas ha disminuido en valores constantes en la últimadécada alrededor del 6 por ciento. Las Fuerzas de Seguridad Federales aumentaron el suyo enalrededor del nueve por ciento. Las provincias aumentaron sus gastos en seguridad en alrededorde un 35 por ciento. Nuestras Fuerzas Armadas y de Seguridad afectan su presupuesto más de un85 por ciento a personal y el resto a funcionamiento. Los resultados están a la vista y no sonsatisfactorios.La situación económica de la Argentina permite suponer que difícilmente puedanaumentarse las asignaciones a los sectores en el corto y mediano plazo. No obstante, losrequerimientos de seguridad de la población van en aumento constante.La falta de seguridad ha sido casi siempre la puerta de entrada de la ilusión de la soluciónseductora y simplista del atajo autoritario que por supuesto nunca fue solución.En medio de este panorama, subsisten en nuestro sistema ridículas superposiciones,redundancias que son inaceptables en nuestro estado de pobreza, los sistemas logísticos de lasdistintas fuerzas en muchos casos nada tienen que ver entre sí y está ausente algún elemento quecoordine las adquisiciones de equipamiento que se realizan.Un par de ejemplos ilustrativos: las escuelas de formación de hombres de nuestraArmada y de nuestra Prefectura tienen mas del 80 por ciento de materias comunes, lo mismosucede con sus estructuras administrativas. Sufrimos la depredación de nuestra riqueza itícola yla coordinación de nuestros dos servicios es insuficiente, de paso digamos que somos el únicopaís de centro y Sudamérica que tiene dos servicios separados.62

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