Novela de Folle n Capítulo 14 UN INICIO MÁS Esa mañana Fulgencio parecía haber nacido otra vez, un no sé qué había cambiado en él. Se sentía nuevo, descansado, sin apuros, sin preocupaciones, sin dolor, incluso no conocía la palabra ni por definición ni mucho menos por experiencia. Esas sensaciones de bienestar, gozo y placer eran tan inminentes que no podía contenerse. La muerte, la perdida y el dolor estaban en el olvido. Aunque de vez en cuando sentía pequeños relámpagos en su cabeza. Esa mañana los ignoró. Esa mañana los rayos del sol no fueron molestos, al contrario le nutrieron de esperanza. Así como nunca antes lo había hecho, antes de levantarse sonrío. Tenía una sensación de seguir sonriendo y conocer al prójimo. Se puso su ropa sucia de siempre, se lavó la cara, cepilló los dientes, se perfumó y pasó agua por su cabello para apaciguarlo un poco. esa mañana los rayos del sol no fueron molestos, al contrario le nutrieron de esperanza. está muerta, tendrá a otra mujer, habrá sido su mujer quizá fue una amante y está casado con otra, me habrá reconocido y si me reconoce, será posible serle infiel al recuerdo de una muerta, sentirá ella celos en dónde sea que esté, qué importa, si bien le entendí al doctor sus procedimientos cosméticos sirven para eliminar memorias, sirven para eliminar el pasado, modificando tu presente para lanzarte a un futuro mejor. Sí un futuro mejor, yo seré su futuro mejor, ojalá ese bebe y ella sean su pasado, yo podré ser su futuro, pero de seguro ni me recuerda, seguramente no me vio, ahora cómo haré que me vea, cómo haré que me tomé en cuenta, pero una vez que me vea nunca me podrá olvidar por más que quiera, por lo menos eso es lo que dicen todos por estas malditas joyas que crecen por todo mi cuerpo, que me hacen brillar y como me pesa cargarlas por todos lados, y siempre todos solo se me acercan para ver si pueden quitarme un diamante, perla o ruby, de lo que no se dan cuenta que es que son parte de mi cuerpo no son artificial, creen que no me duele cuando intentan arrancarlas o cortarme un pelo de perlas, en fin, Así después de tomar sus llaves, reloj, cartera y teléfono salió a la calle, caminó un poco, vagó menos de lo usual. Creía saber a dónde iba creía tener un plan, una pequeña agenda pero en cuanto pasó de su edificio antiguo y dio su primer paso sobre la acera fue como haberlo hecho por cuando él me vea no podrá olvidarme por más que quiera o le pagué a quién le pagué no podrá primera vez. Fue como si nunca hubiese caminado olvidarme. esas calles, como si nunca hubiera vagado por esa Ella llevaba un abrigo largo y pesado cubriendo ciudad como si nunca hubiera respirado ese aire artificial como si nunca hubiera saludado al portero todo su cuerpo. A ella nunca le gustó que esa fuese la primera impresión porque resultaba ser una como si nunca hubiera tenido que esperar para poder distracción. Cómo le voy a hablar, siento que lo cruzar la calle, como si nunca hubiera vivido en esa conozco, siento que me reconozco en él pero no ciudad. Aunque todo lo reconocía. Todo le parecía familiar. Todo lo había visto antes pero en esta podré decirle que entré durante su cirugía aunque ocasión todo le parecía como si nunca hubiera estado según doctor él no recordará nada no sabrá de lo que estoy hablando entonces él dejará de ser esas ahí todo tenía esa sensación de novedad. imagines que presencié, sin esas imágenes entonces Fulgencio seguía con lo que a él le parecía su quién es él entonces porqué lo seguí, eres una tonta gran paseo por la misma ciudad de siempre y hacía las mismas cosas que hace unos meses había hecho. no deberías de estar aquí. En eso, Fulgencio la vio y sentía conocerla sentía haberla visto antes, sentía Aunque este día no era tan especial como él lo que conocía su historia, aunque no sus detalles pero pensaba todos a su alrededor seguían viviendo y sí su estructura con su principio, climax y fin, en ella produciendo un día tan similar y parecido como había algo de tragedia, como una historia épica de al de ayer. En eso algo cambió. Ella lo miró salir del edificio y por fin su larga una gran mujer, cegada por el amor convertido en rencor luchando por conseguir la revancha sin darse espera en vela había valido la pena y pensó: Por fin salió este maldito hombre creí que nunca lo cuenta que lo perdería todo. CONTINUARA…... iba a volver a ver. Será aquí es donde vive, parece Escrito por Julio Enríquez-Ornelas que está solo, la mujer de las imágenes seguramente Profesor at University of Tennessee, Knoxville 88 831.917.4227 familia+cultura+religión+sociedad
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