Papel de las actividades superóxido dismutasa y catalasa en la ...

INTRODUCCIÓN
prevención de la colonización gastrointestinal por bacterias no deseables. Los avances
en el empleo de los probióticos en ganadería y medicina humana han conducido a
considerar su aplicación también en la práctica acuícola ya que pueden ser una
alternativa en la lucha contra la infección microbiana (Sakai, 1999). La investigación de
la aplicación de los probióticos en la industria acuícola se ha incrementado en los
últimos años por la demanda de una industria acuícola que, entre otros aspectos, intenta
respetar el medio ambiente. Los probióticos surgen de la necesidad de contar con
estrategias destinadas al biocontrol de enfermedades que afectan a las especies
cultivadas en acuicultura. La mayoría de los trabajos realizados con probióticos en
peces se ha centrado en el grado de protección del pez frente a enfermedades infecciosas
por su capacidad para inhibir el crecimiento del patógeno. Actualmente muchos de los
estudios que se están realizando para dilucidar los mecanismos responsables de los
efectos de los probióticos se están centrando en las propiedades inmunomoduladoras de
las cepas (Nikoskelainen et al., 2003; Irianto y Austin, 2003; Panigrahi et al., 2004;
Salinas et al., 2005, 2006; Díaz-Rosales, 2006). De hecho, muchos de los
inmunoestimulantes probados en acuicultura son componentes de células microbianas,
como los glucanos, lipopolisacáridos y muramil dipéptido (Anderson, 1992). Sin
embargo, la mayoría de ellos están centrados en especies de agua dulce, siendo escasos,
por el contrario, los llevados a cabo en especies marinas, y nulos los que se refieren a
lenguado senegalés (Tabla 4).
Los animales acuáticos son muy diferentes a los terrestres por lo que el concepto
de probiótico cambia a la hora de su aplicación en acuicultura (Verschuere et al., 2000).
La microbiota intestinal de las especies cultivadas interactúa de forma constante con el
ambiente, el cual tiene una influencia mucho mayor sobre la salud de los peces que en el
caso de los humanos o animales terrestres. Por lo tanto, debido a que existe un flujo
continuo de agua pasando a través del tracto digestivo, la microbiota intestinal de los
peces es dependiente del ambiente externo. De hecho, se han realizado estudios sobre la
microbiota del pez y se ha visto que la variación es sustancial y que fluctúa diariamente
(Spanggaard et al., 2000). Por lo tanto, la mayoría de las bacterias son transitorias en el
intestino del pez, con intrusiones continuas de bacterias procedentes del agua y de la
comida. De esta manera, no sólo se habla de probiótico cuando se adiciona al alimento,
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