Papel de las actividades superóxido dismutasa y catalasa en la ...

INTRODUCCIÓN
2.2. SINTOMATOLOGÍA DE LA PSEUDOTUBERCULOSIS
Los signos patológicos externos son, generalmente, poco llamativos y, por lo
general, los peces afectados no suelen mostrar lesiones externas. En algunos casos de
doradas enfermas se puede apreciar una pigmentación anormal en la piel así como leves
zonas hemorrágicas en cabeza y branquias (Toranzo et al., 1991). En lubina
(Dicentrarchus labrax) se ha llegado a observar hinchazón en la cavidad abdominal
(Balebona et al., 1992), además de lesiones ulcerativas en la piel y extensas hemorragias,
especialmente en la boca, ojos y musculatura (Fouz et al., 2000).
Internamente los peces enfermos muestran septicemia hemorrágica y necrosis en la
mayoría de los órganos, apareciendo los tubérculos típicos de la enfermedad. Estos no
son sino acumulaciones de bacterias, fagocitos necróticos y granulomas.
Histopatológicamente esas llamativas lesiones necróticas con grandes masas
bacterianas, de forma extensiva, aguda y multifocal observadas en los órganos internos,
sugieren que la enfermedad se desarrolla como un proceso septicémico agudo. Dichas
lesiones granulomatosas aparecen como una reacción de las células epiteliales cuando la
viabilidad de la bacteria decrece por medicación. Además de la necrosis y la existencia
de granulomas en bazo, riñón e hígado, donde se puede detectar bacterias en los
sinusoides y vasos hepáticos, es posible el desarrollo de una esplenomegalia (Toranzo et
al., 1991) debida a la infiltración de células sanguíneas junto con grupos de bacterias que
tapan los capilares y espacios intersticiales, así como la aparición de zonas
blanquecinas, o palidez, en bazo y riñón (Kubota et al., 1970; Wolke, 1975; Tung et al.,
1985; Hawke et al., 1987; Toranzo et al., 1991; Balebona et al., 1992; Noya et al., 1995a).
En lenguados (Solea senegalensis) afectados por la pseudotuberculosis la
pigmentación oscura en la piel y la hinchazón en la cavidad abdominal pueden ser dos
síntomas externos que podemos detectar. Algunas muestras pueden también presentar
exoftalmia hemorrágica, pequeñas úlceras en la piel y palidez branquial (Zorrilla et al.,
1999). En cuanto a los órganos internos se puede apreciar esplenomegalia, palidez en
hígado y riñón, así como tubérculos de 1-2 mm de diámetro en el bazo.
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