Vol. XXXVIII / 1 - Studia Moralia
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LA TRINIDAD: ORIGEN Y META DE LA MORAL CRISTIANA 91<br />
San Víctor, a la naciente tradición franciscana reflejada en<br />
Alejandro de Halés, y a los Padres griegos, el pensamiento bonaventuriano<br />
parte de la trinidad de las Personas en lugar de iniciar<br />
el camino en la unidad de la Esencia divina. Para él, sensibilizado<br />
por la preferencia de la tradición franciscana hacia lo<br />
“concreto” y no hacia lo “abstracto”, el estatuto ontológico divino<br />
no es tanto la unidad esencial cuanto la trinidad de personas<br />
102 .<br />
Las Personas trinitarias constituyen la vida divina. Esta no<br />
es otra cosa que la relación o comunión entre Ellas. La Trinidad<br />
consiste en la perijóresis, que san Buenaventura prefiere traducir<br />
por el vocablo dinámico de circumincessio y no por el más<br />
estático de circuminssesio. Sin menguar la unidad substancial,<br />
el pensamiento bonaventuriano prefiere definir la vida intratrinitaria<br />
por las Personas divinas, que se constituyen por la relación.<br />
Precisamente por eso, la Trinidad consiste en ser en y en ser<br />
hacia.<br />
No le costó a san Buenaventura trasladar a la Trinidad el<br />
concepto de Bien, una categoría decisiva para su comprensión<br />
de Dios y de la realidad creada, según señalé más arriba. El<br />
Bien, en la interpretación bonaventuriana, es difusivo, es decir<br />
requiere “ser compartido” y precisa “entregarse”. Estas dos cualidades<br />
del Bien se realizan de forma eminente en la Trinidad. El<br />
Dios trinitario se define por ser “realidad compartida” y por ser<br />
“entrega mutua absoluta”.<br />
Siendo el Bien absoluto, la Trinidad es esencialmente<br />
Comunicación. La vida trinitaria no es soledad, aburrimiento o<br />
monotonía, como pensaron algunos filósofos (Aristóteles,<br />
Feuerbach), sino “profunda comunicación, íntima convivencia,<br />
fuerte solidaridad, igualdad y coparticipación totales, infinitas<br />
delicias e ilimitada jocundidad” 103 .<br />
Por ser Bien absoluto y Comunicación esencial, la Trinidad<br />
es Amor. “El amor es la exégesis magistral de la vida trinitaria”<br />
104 . San Buenaventura introduce la hermenéutica del amor<br />
ria de S. Buenaventura: Revista Española de Teología 53 (1953) 521-537.<br />
102<br />
Cf. J. A. MERINO, a. c., 10-26.<br />
103<br />
J. A. MERINO, a. c., 26.<br />
104<br />
Ibid., 26.