Vol. XXXVIII / 1 - Studia Moralia
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LA TRINIDAD: ORIGEN Y META DE LA MORAL CRISTIANA 83<br />
de la Trinidad en las criaturas y, particularmente, en la criatura<br />
racional. Desde la “trinidad psicológica” del espíritu humano<br />
(mens, notitia, amor) barruntó, como por medio de “un espejo y<br />
en enigma” (1 Cor 13, 12), la secreta vida íntima de Dios. “Nadie<br />
antes de san Agustín había encontrado en el alma tantas huellas<br />
de Dios, nadie había traducido al lenguaje humano con tanta<br />
emoción el misterio de la vida divina” 63 . Los libros VIII al XV de<br />
su tratado sobre la Trinidad constituyen la experiencia más original<br />
de búsqueda de la Trinidad a través del análisis del espíritu<br />
humano. Ve la imagen del Padre en la “memoria”, la del Hijo<br />
en la “inteligencia” y la del Espíritu Santo en el “amor” 64 ; pero,<br />
constata al mismo tiempo la gran desemejanza que hay entre la<br />
imagen humana y la realidad divina 65 . A través de la dialéctica<br />
de la “semejanza” y de la “desemejanza” con el espíritu humano,<br />
el pensamiento agustiniano asciende, con seguridad y con audacia,<br />
del análisis psicológico a la comprensión de la vida íntima<br />
de Dios.<br />
Buscando la imagen de Dios en la criatura, Agustín penetró<br />
en lo más profundo del espíritu humano. Su tratado sobre la<br />
Trinidad constituye, al mismo tiempo, un análisis vigoroso de la<br />
interioridad humana.<br />
3. INTERPRETACIÓN TRINITARIA DE LA EXISTENCIA HUMANA<br />
Precisamente por razón de ese entrecruce de análisis psicológico<br />
e interpretación trinitaria el pensamiento agustiniano<br />
ofrece una visión hondamente trinitaria de la existencia humana.<br />
Somos “creados a imagen” de la Trinidad (cf. Gn 1, 26) y<br />
toda nuestra existencia consiste en una búsqueda de su<br />
“semejanza” (cf. l Jn 3, 2) 66 . Entre el “creados a imagen de la<br />
Trinidad” y el “seremos semejantes a Él” transcurre el tiempo<br />
humano, la tensión existencial del espíritu humano. Esa tensión<br />
no es otra cosa que la activación de la “trinidad psicológica”: el<br />
63<br />
L. ARIAS, l. c., 102.<br />
64<br />
De Trinitate, XV, 21: l. c., 916-919.<br />
65<br />
Ibid., XV, 22 y 23: l. c., 918-923.<br />
66<br />
Ibid., XIV, 19: l. c. 822-827.