Vol. XXXVIII / 1 - Studia Moralia
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76 MARCIANO VIDAL paradigma para construir el ethos propio del cristiano: La comprensión de la persona como “donación” y “comunión”: “El ser del hombre es un don: procede del amor creador de Dios. El ser del hombre como persona es ser un don de sí mismo: se afirma y se realiza dándose, con olvido de sí mismo. En esto la persona humana es imagen y semejanza de las Personas divinas que se afirman dándose: el Padre al Hijo, el Hijo al Padre y el Espíritu Santo, don mutuo e increado entre el Padre y el Hijo” 27 . Paradigma de la relación interpersonal. Tanto estudios de teología trinitaria como reflexiones antropológicas ponen de relieve la significación de la Trinidad para entender y construir las relaciones interpersonales en la igualdad (por ejemplo, la igualdad de género), en el respeto a la persona del otro, en la caridad, y para la edificación de la comunidad 28 . La Trinidad, fundamento y paradigma de la familia. En la Exhortación Apostólica Familiaris consortio (1981) se insinúa una teología trinitaria de la familia, sobre todo al considerar a ésta como una “comunión de personas” 29 . Paradigma para la ética social cristiana. Ésta es la orientación trinitaria más utilizada en la reflexión teológica actual 30 . J. Moltmann plantea una “doctrina social de la Trinidad” 31 ; habla también de una “teología de la experiencia social de Dios” 32 ; atribuye, de modo especial, al Espíritu Santo esa función de comunión: “la esencia del Dios trinitario es esta comunión (…). El Espíritu Santo, que es honrado ‘juntamente con’ el Padre y con 27 E. YANES, Discurso inaugural de la LXX Asamblea Plenaria de la CEE (23/XI/1998): Ecclesia n. 2.922 (5/XII/1998) 31. 28 Ver, a título de muestra, los siguientes estudios: B. FORTE, La Trinità fonte e paradigma della carità: Asprenas 32 (1985) 398-402; X. PIKAZA, Trinidad y comunidad cristiana (Madrid, 1990); J. A. MERINO, La Trinidad, paradigma de la vida comunitaria en S. Buenaventura: Estudios Trinitarios 30 (1996) 3-34; M. OFILADA, Hacia la Trinidad y la Amistad: el camino hacia un redescubrimiento del Misterio de Dios: Philippiniana Sacra 33 (1998) 73-94. 29 Familiaris consortio, 11-16 (especialmente, 15). 30 Cf. E. CAMBÓN, La Trinidad, “modelo” de la sociedad. Una presentación catequética: Didascalia 53 (1999) n. 519, 10-18. 31 J. MOLTMANN, Trinidad y Reino de Dios (Salamanca, 1985). 32 J. MOLTMANN, El Espíritu de vida (Salamanca, 1998) 268-288.
LA TRINIDAD: ORIGEN Y META DE LA MORAL CRISTIANA 77 el Hijo, es también la fuente de la energía que reúne a los seres humanos, de tal manera que puedan encontrarse, alegrarse recíprocamente y alabar al Dios comunión” 33 . Para L. Boff la vida trinitaria es el mejor programa para la sociedad humana 34 . Desde la Trinidad se puede asumir teológicamente la categoría del “otro” tal como la propone M. Lévinas 35 . Las categorías trinitarias tienen también capacidad para valorar y orientar la cultura actual 36 . 2. ESTRUCTURA TRINITARIA DE LA MORAL CRISTIANA Las implicaciones morales que acabo de señalar pertenecen a lo que podríamos denominar orientaciones sustantivas. Todas ellas se basan en otra consideración más profunda de la relación del Misterio trinitario y la moral cristiana. Es la que define la estructura formal de la vida moral cristiana como una estructura trinitaria. Se trata de una fundamentación de la moralidad en el misterio fontal de la fe cristiana. Hay, al respecto, propuestas tanto desde la teología protestante 37 como desde la católica 38 . Propondré mi orientación sirviéndome del pensamiento de san Agustín y de san Buenaventura. 33 Ibid., 332. 34 L. BOFF, La Trinidad, la sociedad y la liberación (Madrid, 1987); ID., La Santísima Trinidad es la mejor comunidad (Madrid, 1990) 35 Th. FREYER, “Nähe” – eine trinitätstheologische Schlüssel-“kategorie”: Theologie und Glaube 40 (1997) 271-288. 36 Iglesia Viva n. 167 (1993): “Trinidad y cultura actual”. 37 E. FUCHS, Pour une réinterpretation éthique du dogme trinitaire: Études Théologiques et Religieuses 61 (1986) 533-540. 38 G. RINANDI, La domanda etica. Per una fondazione trinitaria dell’etica: VARIOS, Una teologia como storia. La “Simbolica ecclesiale” di Bruno Forte tra filosofia e teologia (Cinisello Balsamo, 1998) 185-194.
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el Hijo, es también la fuente de la energía que reúne a los seres<br />
humanos, de tal manera que puedan encontrarse, alegrarse recíprocamente<br />
y alabar al Dios comunión” 33 . Para L. Boff la vida<br />
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Desde la Trinidad se puede asumir teológicamente la categoría<br />
del “otro” tal como la propone M. Lévinas 35 . Las categorías trinitarias<br />
tienen también capacidad para valorar y orientar la cultura<br />
actual 36 .<br />
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Las implicaciones morales que acabo de señalar pertenecen<br />
a lo que podríamos denominar orientaciones sustantivas. Todas<br />
ellas se basan en otra consideración más profunda de la relación<br />
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estructura formal de la vida moral cristiana como una estructura<br />
trinitaria. Se trata de una fundamentación de la moralidad en<br />
el misterio fontal de la fe cristiana. Hay, al respecto, propuestas<br />
tanto desde la teología protestante 37 como desde la católica 38 .<br />
Propondré mi orientación sirviéndome del pensamiento de san<br />
Agustín y de san Buenaventura.<br />
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Ibid., 332.<br />
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L. BOFF, La Trinidad, la sociedad y la liberación (Madrid, 1987); ID., La<br />
Santísima Trinidad es la mejor comunidad (Madrid, 1990)<br />
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Theologie und Glaube 40 (1997) 271-288.<br />
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Théologiques et Religieuses 61 (1986) 533-540.<br />
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G. RINANDI, La domanda etica. Per una fondazione trinitaria dell’etica:<br />
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