Vol. XXXVIII / 1 - Studia Moralia

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StMor 38 (2000) 67-101
MARCIANO VIDAL C.SS.R.
LA TRINIDAD:
ORIGEN Y META DE LA MORAL CRISTIANA
EN LAS HUELLAS DE SAN AGUSTÍN
Y DE SAN BUENAVENTURA
La moral cristiana es inseparable de la teología y de la espiritualidad.
Lo “moral” y lo “teologal”, manteniendo su peculiaridad
y su adecuada autonomía, convergen hacia una unidad
superior que es la experiencia cristiana, en la que se articulan las
diversas dimensiones de la fe 1 .
La existencia cristiana fluye de la vida trinitaria. Aquí está
“aquella eterna fonte” de donde “todo origen viene” (san Juan de
la Cruz). La Trinidad es el misterio fontal, cuyo contenido da
significado y consistencia a todos los demás misterios cristianos.
No en vano el Concilio Vaticano II en Lumen gentium señala
que el misterio de la Iglesia procede del dinamismo trinitario
del Padre (n. 2), del Hijo (n. 3), y del Espíritu Santo (n. 4). “Así
toda la Iglesia aparece como el pueblo unido ‘por la unidad del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo’” (n. 4).
En el Misterio de la Trinidad está también el fundamento
último y la meta definitiva de la vida moral cristiana. Sin embargo,
a pesar de ser obvia, esta afirmación no suele ser desarrollada
con la amplitud que se merece en los tratados de teología
moral.
El objetivo de la siguiente reflexión es presentar la moral cristiana
desde la Comunión Trinitaria. Expondré esta orientación
básica de la moral cristiana recogiendo, en primer lugar, el
1
He analizado esta orientación en: M. VIDAL, Moral y Espiritualidad. De
la separación a la convergencia (Madrid, 1997); traducción italiana: Morale e
Spiritualità. Dalla separazione alla convergenza (Assisi, 1997).