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Vol. XXXVIII / 1 - Studia Moralia

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EL ‘FRACASO CONYUGAL’ EN UNA NUEVA PERSPECTIVA 161<br />

alternativa: una disposición antropológica, eclesial y teológica.<br />

Recientemente (Octubre de 1999) la Conferencia Episcopal<br />

Italiana realizó el Tercer Encuentro Nacional de responsables<br />

diocesanos de la Consulta Pastoral Familiar que estudió el tema<br />

espinoso de ‘los matrimonios en dificultad’ 56 . En este encuentro<br />

participaron teólogos, sacerdotes ocupados en la pastoral,<br />

parejas de esposos y también un representante de la Asociación<br />

de familias separadas. Sólo se conoce la información periodística<br />

de este evento, pero el hecho por sí mismo es ya significativo:<br />

revela la preocupación de una iglesia local que quiere hacer<br />

frente a un problema de gran actualidad, un problema que afecta<br />

no sólo a los individuos interesados sino también a toda la<br />

comunidad eclesial.<br />

Querer resolver el problema de los divorciados vueltos a<br />

casar, por ejemplo, implica una doble actitud: mirar a la persona<br />

humana que experimenta esta situación de conflicto y mirar<br />

a la comunidad eclesial. Ya hemos anotado que Vaticano II dio<br />

énfasis particular a la persona humana, “al hombre todo entero,<br />

cuerpo y alma, corazón y conciencia …” (GS. n. 3) como digna<br />

de toda consideración. Una persona, que como afirma Juan<br />

Pablo II, “conoce, ama y realiza el bien moral según diversas etapas<br />

de crecimiento” (FC. n. 34) y que “como toda realidad viviente<br />

comienza el camino cotidiano hacia la progresiva actuación<br />

de los valores y deberes del matrimonio” (FC. n. 65).<br />

Pero también toda la comunidad eclesial, según el pensamiento<br />

del Papa, no debe limitarse solamente a cuidar de las<br />

familias que viven en condiciones de normalidad, sino que<br />

deberá preocuparse también por aquellas familias que se hallan<br />

en situaciones difíciles o irregulares: “para ellas tendrá palabras<br />

de verdad, de bondad, de comprensión, de esperanza, de viva<br />

participación en sus dificultades…” (FC. n. 65).<br />

La disposición teológica, a que hicimos mención, corresponde<br />

a la acogida que se merece la propuesta del Papa en la<br />

Veritatis splendor (n. 53) de “buscar y encontrar la formulación<br />

de las normas morales universales y permanentes más adecuada<br />

a los diversos contextos culturales, más capaz de expresar ince-<br />

56<br />

Cfr. M. BIANCHI, “Matrimoni in crisi. Dove va la pastorale?”, Settimana<br />

38 (1999) 1 e 16; A. BOBBIO, “La chiesa e i coniugi separati. La legge e la grazia”,<br />

Famiglia Cristiana 69/44 (1999) 19-20.

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