Vol. XXXVIII / 1 - Studia Moralia

154 J. SILVIO BOTERO GIRALDO
rar un reajuste generador de nuevos progresos) 34 nos sugiere
una pista para entender porqué el fracaso está en el corazón de
la historia de la salvación y la manera como Jesús asume el fracaso.
“Lo que separa a estos dos momentos de reacción, dice
ARANGUREN GONZALO, es la capacidad o incapacidad del sujeto
para hacer frente a la realidad del fracaso. Ahí radica la ambivalencia
del fracaso: en el uso que hacemos del mismo” 35 .
Precisamente, la actitud de YHWH en el A.T., de Cristo en el N.T.
es la de ‘reacción contra...’. Ejemplos, entre otros muchos, las
figuras de Oseas, de la Samaritana, de la ‘pecadora perdonada’
(Luc. 7,36-50), de ‘la mujer adúltera’ (Jn. 8,2-12).
Visto el fracaso en esta perspectiva de “reacción contra ...”,
lo representaríamos gráficamente con una línea oblicua ascendente
para significar un ideal, una aspiración, pero quebrada a
trechos, para indicar que el objetivo propuesto se ve frustrado en
algunos momentos, pero que en definitiva culminará su propósito.
Esta es la historia de la salvación.
El simbolismo esponsal, que como un hilo de oro, atraviesa
toda la Escritura (Antiguo y Nuevo Testamento), no obstante las
vicisitudes de infidelidad, va siempre adelante en búsqueda de la
culminación feliz cuando llegue la boda definitiva del Cordero
con la ‘novia’: “han llegado las bodas del Cordero y su esposa se
ha engalanado...” (Apoc. 19,7). La historia de la salvación ha
caminado a veces con dificultad, pero llegará al término añorado
36 .
“Reacción contra...” es la actitud humana y evangélica al
tiempo, que debe emprender la iglesia frente a la calamidad del
fracaso matrimonial que se difunde cada vez más. Pero “reaccionar
contra...” en qué forma? Aquí radica el núcleo del problema.
Las soluciones tradicionales son una forma, pero no la única.
Una reflexión renovada sobre la teología y la ética de la pareja
humana deberá abrir caminos nuevos y lanzarse a la búsqueda
de nuevas respuestas al problema del fracaso conyugal. Será
tarea no solo de la jerarquía y de los teólogos, sino de toda la
34
Cfr. J. LACROIX, L’échec..., 33.
35
L. A. ARANGUREN GONZALO, “El fracaso existencial...”, 41.
36
Cfr. B. MAGGIONI, “Il simbolismo sponsale nella Scrittura”, Credere oggi
52/2 (1989) 18-30.