Vol. XXXVIII / 1 - Studia Moralia
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EL ‘FRACASO CONYUGAL’ EN UNA NUEVA PERSPECTIVA 151<br />
corazón” (σκληροκαρδια Mat. 19,7) 27 , Jesús responderá<br />
recordándoles el proyecto primigenio del Creador. Y a la reacción<br />
de los discípulos que encuentran severa la disposición de<br />
“no separarse...”, Jesús contesta en una forma que también hoy<br />
es válida: “No todos entienden este lenguaje” (19,11) 28 .<br />
Encontramos en Juan algunas pistas sugestivas sobre la<br />
forma como Jesús hace frente a casos concretos de fracaso. El<br />
relato joánico del encuentro de Jesús con la samaritana (4, 5-31)<br />
nos ofrece varios detalles significativos: Jesús intuye la situación<br />
de esta mujer (“has tenido cinco maridos y el que ahora tienes<br />
no es tu marido”), acepta dialogar con ella no obstante el escándalo<br />
de los discípulos, le revela la fuente nueva del “agua viva” y<br />
esta mujer, al final del diálogo, corre a llamar a sus conciudadanos<br />
“venid a ver... No será este hombre el Cristo”?.<br />
También Juan relata otro encuentro particular cuando los<br />
escribas y fariseos le presentan una mujer que ha sido sorprendida<br />
en adulterio (8,3-12): Jesús escucha la acusación, cambia la<br />
actidud de todos los presentes, de acusadores en acusados por la<br />
Torà (“quien esté libre de pecado, que arroje la primer piedra”)<br />
y termina absolviendo a la mujer de su pecado. Jesús es coherente<br />
con su enseñanza: “Dios no ha enviado su Hijo al mundo<br />
para condenar, sino para salvar” (Juan 3,17).<br />
También Pablo experimentó esta realidad del fracaso personal:<br />
“realmente mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo<br />
que quiero, sino que hago lo que aborrezco...” (Rom. 7,15). H.<br />
SCHLIER comentando esta perícopa paulina afirma que la potencia<br />
del pecado, que encuentra en la ley el estímulo para revelarse<br />
concretamente, afecta el modo de ser del hombre en su estructura<br />
existencial. Este exegeta intuye que dentro de la totalidad<br />
del hombre hay dos ‘yo’ que luchan entre sí: vida y muerte. Un<br />
‘yo’ corresponde al hombre en cuanto creatura humana que ama<br />
la vida; el otro ‘yo’ es aquel que está en poder del pecado, el hombre<br />
histórico, la creatura humana en cuanto se presenta históri-<br />
27<br />
Cfr. U. BECKER, “Σκληρος duro, obcecado”, Diccionario teológico del<br />
NT., II, Sígueme, Salamanca 1980, 54-56.<br />
28<br />
Cfr. G. GONZÁLEZ, “Incapacidad para entender. Imposibilidad de cumplir”,<br />
Ciencia Tomista 108 (1981) 327-346.