Vol. XXXVIII / 1 - Studia Moralia
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150 J. SILVIO BOTERO GIRALDO<br />
Al primer hombre lo presenta el Génesis como salido de las<br />
manos del Creador y puesto en un contexto de relación interpersonal<br />
en plena armonía, paz y justeza. Pero pronto este primer<br />
hombre saboreó la amargura del fracaso a causa de su propia<br />
limitación y a causa del tentador. M. ORAISON describe en<br />
forma gráfica el primer fracaso: “el hombre se dirige a YHWH.<br />
Y no responde diciendo ‘nosotros’ (mi mujer y yo...). Habla precisamente<br />
de la mujer como si esta no se hallara allí; o más exactamente,<br />
la rechaza, no se solidariza con ella. ‘Es la mujer que<br />
me has dado’. Existe incluso como un matiz de reproche implícito,<br />
podríamos decir... Parece ser que el hombre piensa: ‘yo<br />
estaba tan tranquilo solo; por qué me has dado esta compañera<br />
causante de catástrofes y que me ha hecho perder la cabeza?’.<br />
(...) Apenas se afirma el éxito de pareja de una manera perfecta<br />
cuando ya se introduce su caída al dar el primer paso al frente...<br />
Ya no son solidarios en la alegría y en el entusiasmo. Incluso<br />
separados por el odio, hombre y mujer que se han amado permanecen<br />
unidos por el mismo fracaso de su amor, por la cuestión<br />
imborrable de dicho fracaso y la nostalgia de no haber<br />
triunfado” 24 .<br />
En el N.T. encontramos a Jesús de Nazareth afrontando la<br />
realidad del fracaso, cuyas raíces vienen desde la caída del primer<br />
hombre y de la primera mujer. Un dato que puede parecer<br />
escandaloso es la presencia de cuatro prostitutas 25 en las genealogías<br />
que los evangelistas ofrecen de la persona de Jesús (Mat.<br />
1,2-17 y Luc. 3,23-38), lo que abriría espacio a una reflexión<br />
sobre la kénosis de Dios en Cristo.<br />
En su primera presentación en la sinagoga de Nazareth ya<br />
“experimentó el fracaso y el rechazo”: “ningún profeta es bien<br />
recibido en su patria” 26 . Posteriormente, cuando los fariseos le<br />
tienden la trampa en torno a la excepción que hizo Moisés a su<br />
pueblo, tolerando el divorcio por causa de la “dureza de<br />
24<br />
M. ORAISON, Armonía de la pareja humana, Studium, Madrid 1967, 39.<br />
25<br />
Cfr. H. U. VON BALTHASAR, Sponsa Verbi. Saggi teologici II, Morcelliana,<br />
Brescia 1972, 207.<br />
26<br />
Cfr. F. CUERVO ARELLANO, “Jesús Evangelizador, nosotros evangelizadores<br />
con Él”, Religión y Cultura 43 (1997) 519.