Democracy Today.indb - Universidade do Minho

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DEMOCRACY TODAY
europeísmo político (Dusan Sidjanski, Ferdinand Kinsky, José Manuel
Durão Barroso…).
Como veremos mejor a continuación, al centrarnos en concreto
en el estudio de la obra paradigmática de Denis de Rougemont dentro
del tercer bloque del presente trabajo, sus postulados personalistas y
federalistas, preocupados por recuperar la vivencia comunitaria en
el seno de las sociedades modernas y democráticas más avanzadas
durante la segunda posguerra e incluso con posterioridad al mayo
de 1968, van a tener un reflejo claro en ciertos parámetros del debate
filosófico-político más actual. Esta confluencia de ideas se observa,
evidentemente, respecto a las posiciones intermedias o más conciliadoras
y autocríticas que irán apareciendo en medio de la disputa
posmoderna entre liberales y comunitaristas, en unas ocasiones con
planteamientos de fondo paralelos o casi miméticos y en otras más
distanciados, aunque siempre con el tamiz diferenciador del uso de
un lenguaje terminológico distinto, de una conjunción de fuentes
filosóficas heterogéneas y, aún, de un alcance normativo en la práctica
política e institucional diverso. Tal controversia, que durante las últimas
décadas ha buscado un ajustamiento ecuánime entre los principios
de igualdad democrática y legítima diferencia cultural, ha tenido la
virtualidad de mostrar así los íntimos lazos de unión que conectan
el federalismo integral de raíz personalista con las propuestas más
recientes del “liberalismo sustantivo” de Charles Taylor y Michael
Walzer o, asimismo, con las de un “comunitarismo liberal de carácter
posconvencional o dialógico” de autores como Adela Cortina, Pietro
Barcellona o Boaventura de Sousa Santos. Y ello sin olvidar tampoco
la proximidad con aquellos liberales que rozan la heterodoxia a causa
de su sensibilidad hacia los desafíos teóricos de la multiculturalidad,
lo cual, en el caso de Will Kymlicka o Rainer Bauböck, les lleva a poner
en tela de juicio el procedimentalismo formal, unilateral y atomista del
liberalismo clásico. Vayamos por partes.
De una banda, cabe resaltar como este “comunitarismo liberal de
cuño dialógico” rechaza de plano todo retroceso nostálgico en pro de
algún tipo de comunidad organicista o premoderna –como es el caso
del comunitarismo anglosajón más holista de los años ochenta (A.
McIntyre, M. Sandel…). Consecuentemente, junto a la defensa básica
del contrato social democráticoliberal, propugna compensar el exceso