Democracy Today.indb - Universidade do Minho

los contextos y situaciones vitales con las que se enfrenta la razón
práctica [Benhabib, 1992].
Ante los retos suscitados, Benhabib responde planteando alternativas
válidas desde la misma ética discursiva en provecho de una
democracia deliberativa remozada. Estas reformas internas a la propia
Teoría Crítica se plasman en un conjunto de cambios de perspectiva
respecto a algunos de los conceptos más importantes de la tradición
universalista que va de Kant a Rawls y Habermas. Tales revisiones,
efectuadas según la autora de origen turco mediante el uso estricto de
recursos proporcionados por el mismo pensamiento moderno surgido
a partir del s.XVI, versan básicamente sobre los siguientes elementos:
la razón práctica, el sujeto político y de derecho, el proyecto de universalización
y, por último, el papel de la ética pública conectado con la
relación entre lo público y lo privado dentro de la sociedad democrática
[Benhabib, 1992].
1.
2.
En cuanto al tipo de razón práctica, gracias al influjo arendtiano, se
da un giro narrativo a la razón comunicativa trazada por Habermas,
con lo cual corrige el trazo meramente normativo que le había dado
el filósofo alemán. Tal proceso se produce mediante dos transformaciones:
a) una primera asunción de la postura universalista posmetafísica
que lleva a cabo Habermas por medio del paso de un concepto
sustancialista-trascendental de la racionalidad a otro de carácter
discursivo-comunicativo, explicitado en la formulación de una razón
práctica intersubjetiva de carácter formal; b) un segundo paso que
supone el reconocimiento de los sujetos de la razón, no como cogitos
incorpóreos o unidades abstractas de percepción trascendental, sino
como criaturas finitas, corporeizadas y frágiles. En definitiva, aparece
aquí una razón práctica intersubjetiva no sólo comunicativa-discursiva
sino también narrativa.
Por lo que se refiere al sujeto político y de derecho que se identifica
con la figura del ciudadano, se plantea una distinción inicial entre el
“punto de vista del otro generalizado” y el “punto de vista del otro
concreto”. El primero, propio de la modernidad de raíz ilustrada,
destaca los elementos comunes que constituyen la dignidad humana
de individuos abstractos, simétricos, racionales y autónomos, los
cuales, mediante normas de igualdad formal y reciprocidad, poseen
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DEMOCRACIA
GLOBAL, IDENTIDAD Y
RESPONSABILIDAD CÍVICA
DE LA CIUDADANÍA.
DIÁLOGOS ENTRE
SEYLA BENHABIB, EL
LIBERALISMO COMUNITARIO
Y EL FEDERALISMO
INTEGRAL DEL SIGLO XX
Joan Alfred Martínez i Seguí