Jennet Rodriguez Betancourt

These scenes on the surface portray the characteristics of the jíbaro, yet between the lines
they expose disparity from the metropolis and the beginnings of uniqueness. “Al
diferenciar entre el isleño respecto al peninsular define la puertorriqueñdad” (Auffant
Vazquez xii).
Alonso firmly believed that the jibaro’s customs and celebrations were quickly
being forgotten and replaced; therefore, and he felt a true obligation and urgency to return
to, defend, remember, and document the trullas or aguilnaldos, bodas, competencias de
caballo, juegos de gallos, velorios, etc. and the distinctive traditions that accompanied
them. Defenitely, Alonso brings the jíbaros to center stage throughout the many
descriptions of their popular festivities and traditions. “En esta decada XIX, el tema
jíbaro se hizo por vez primera preocupación científica y literaria…, puede decirse que se
cultivó tan ampliamente que ninguna otra época posterior ha podido aventajar la variedad
de su desarrollo” (Pedreira 9).
Córdova Iturregui in an interview by Angel Collazo Schwartz states that “…en
todo momento Alonso observa lo popular con un amor extraordinario” (22). He goes on
to marvel at Alonso’s respect and ability to describe scenes with so much color and
meticulous detail
“…como se entrena un gallo, las plumas de los gallos, las diferentes formas de
los gallos, el tipo de pelea que hacen los gallos. Solamente una persona que
desde su juventud prestase una atención profunda a las actividades propias del
pueblo, como el baile las jugadas de gallo, las carreras de caballo, podía
describir, por ejemplo, ese bando de San Pedro, los detalles que ofrece de esa
fiesta, que es una fiesta carnavalesca… Es algo extraordinario” (22).
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