cuentos de barro - DSpace Universidad Don Bosco

Una especie de aullido de pereza le
contestó. Luego, la voz atecomatada
del compañero respondió:
—Ai veya, mano...
—Amonóos...
Los indios, hurgando en la sombra del
caedizo, escogieron los utensilios y
fueron trasladándose al bote. El bote
dormía, encallado, mitad en el agua,
mitad en la arena. Un chucho prieto
iba y venía husmeando el viaje. Por
efecto del silencio del agua, de la luz,
del cielo bajero, el mundo todo parecía
palpitar, cabecear como un barco en
marcha. Los pocuyos, despenicados85 en la inmensidad, arrullaban la cuna
de la noche con su triste «oíeo, oíeo,
oíeo», que sonaba intermitente, como
la paletada blanda del remo que va, va,
va... sin prisa y sin ruido.
—Ya va ser parada diagua, vos.
—Ya paró, mano.
—¡Aligere, pué!...
Despegaron el bote a empujones
y pujidos. El bote coleó, libre,
descantillándose tantito y revolviendo
la plata de la luna en desparpajos.
85. Dispersar.
86. Pocuyos or “Whippoorwill” are nocturnal birds.
87. Spanish “oíeo, oíeo, oíeo”
44
A sort of sleepy howl answered him.
Then, his partner’s barely intelligible
voice answered:
“Up to you, man.”
“Let’s go, then.”
Poking around in the shadows of the
porch, the peasants picked up their
fishing gear and headed towards
the rowboat. The boat was sleeping
anchored half in the water, half in the
sand. A black dog was pacing back
and forth, sensing the upcoming trip.
Because of the effect of the silence of
the water, of the light, of the low sky,
the whole world seemed to throb,
to nod off like a boat on its course.
Pocuyos, 86 dispersed in the vastness,
lulling asleep the cradle of the night
with their sorrowful lullaby 87 which
sounded just like the soft rowing of the
paddle that goes, and goes and goes...
without hurry and without noise.
“The waves have calmed down, man.”
“Yes, they stopped.”
“Let’s go, then!”
Pushing and moaning they shoved
the boat. It rocked free, tilting a
little, fragmenting the reflection of
the moon mirrored in the water.